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La dirección te lleva a un poblado chabolista del extrarradio. Algo muy diferente del alojamiento típico de la secta de asesinos. Esperabas una pagoda, un castillo de la era Meiji, pero no un puñado de casuchas hechas de aluminio.

Llamas a la puerta del número "No tiene pero hay una cabra atada a un palo" tal y como pone en la tarjeta. La puerta se abre sola y te introduces en la morada de ambiente opresivo, iluminada por un puñado escaso de antorchas.

Te habías preparado para enfrentarte a un grupo de orientales disfrazados, al terror de sentir que una garra se cierne sobre ti, al frío brillo de una estrella rasgando el aire hacia tu pecho... pero no para un grupo de desharrapados armados con machetes y pocas ganas de hacer amigos.

- Llevadme a vuestro jefe - consigues vocalizar una vez has dominado el miedo.

Te conducen a una sala circular en cuyo centro se alza un solio hecho con cañas de bambú.

- Yo soy el Richal, ¿quien eres tú payo? - te interroga el hombre que se sienta en él.

- ¿Usted es el ninja jefe? - no cabes en ti de asombro. Lee Van Cleef se estará retorciendo en su tumba. Es un patriarca gitano, con sombrero negro a juego con la camisa.

- Ese soy yo. Pero no me has respondido gachón. Vamos, que no tengo tiempo, no te lo estoy dando, ni te lo estoy regalando.

- Soy Aurelio, me envían de Industrias Lassiter.

- Aaay, los payos recaudadores...

- ¿Quiere decir que estoy trabajando para una especie de cobrador del frac?

- ¿No lo sabias? ¿Pero tu que clase de contratos firmas payo?

Los seguidores del Richal se carcajean de tu estupidez, hasta que este los manda callar con un gesto.

- Pedí una hipoteca y por mis pecados me la concedieron. Ahora debo 300.000 euros al banco. Y sólo gano dos botones al mes, pero de levita antigua, ojo.

- ¿Y por qué la pidió? - desde luego para pagarse la cochambrera donde vive no.

- Ay no se payo. Me dijeron que podría pagarla en cómodos plazos en sesenta años y yo no pensaba vivir tanto, así que dije: pues venga... - El Richal se detiene un instante a reflexionar. - ¿Sabes de lo que me acabo de dar cuenta payo?, que escribo igual que tú, pero si me escucharas te estarías partiendo el culo...

Uno de los ninjas entra corriendo agitando un periódico sobre su cabeza.

- !Jefe, el euribor ha subido!.

- Oh, el horror... el horror... - se lamenta mientras sus manos cubre su rostro, roto por el dolor- ¿Y bien payo, que vas a hacer conmigo?




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