Hay que aguantar la defensa, a cualquier precio, pero mientras la voluntad va por un lado, la realidad va por otro. Los filósofos se enzarzan con los efebos en una lucha cuerpo a cuerpo en la que con toda seguridad terminaran agotados y con ganas de fumar.Preguntas a Heráclito por las reservas. Están en camino, responde este nervioso sin perder de vista el "combate" que se desarrolla a pocos metros de allí.
Pasan los minutos e incluso Heraclito parece correr hacia la orgía (para que usar eufemismos) cuando un carro de vaselina destinado al frente, pasa junto al puesto de mando. La situación es desesperada. Comienzas a empaquetar tus cosas cuando de pronto, un cántico resuena por todo el valle...- Desde los muros de Montezuma a las orillas de Trípoli. Luchamos las batallas de nuestro país...Es Spengler el que a voz en grito, se dirige a la batalla con paso firme, la cabeza alta y un rifle Garand m1 en las manos, con la bayoneta calada.
- Siempre tengo que venir a salvaros el culo -exclama mientras ensarta a los efebos de una forma poca erótica.- ¿Cuándo aprenderéis que con palabras no se defiende la libertad?
Una hora después, el orden ha sido restaurado. Te diriges al lugar donde estuvo a punto de fallar tu ofensiva. El lugar está repleto de preservativos y juguetes eróticos desparramados por todas partes.
Te detienes en mitad de la desolación y aspiras hondo.
- Me encanta el olor a vaselina por las mañanas, huele a... ¡victoria!
Spengler se presenta ante ti.
- ¡Semper Fidelis!
- Bien hecho, Oswald. Es un honor mandar a hombres como usted.
Le colocas una improvisada medalla en el pecho y sin perder un instante, comienzas el asedio a la fortaleza, donde Tiagorda se niega a reconocer la derrota. Tras un bombardeo con pasteles durante dos días, se rinde. Es hora de decidir el rumbo que tomará el país.
. Si dejas al mando a Spengler, ve al post 14
. Si obligas a los filósofos a formar una asamblea de gobierno, ve al post 15
Pasan los minutos e incluso Heraclito parece correr hacia la orgía (para que usar eufemismos) cuando un carro de vaselina destinado al frente, pasa junto al puesto de mando. La situación es desesperada. Comienzas a empaquetar tus cosas cuando de pronto, un cántico resuena por todo el valle...- Desde los muros de Montezuma a las orillas de Trípoli. Luchamos las batallas de nuestro país...Es Spengler el que a voz en grito, se dirige a la batalla con paso firme, la cabeza alta y un rifle Garand m1 en las manos, con la bayoneta calada.
- Siempre tengo que venir a salvaros el culo -exclama mientras ensarta a los efebos de una forma poca erótica.- ¿Cuándo aprenderéis que con palabras no se defiende la libertad?
Una hora después, el orden ha sido restaurado. Te diriges al lugar donde estuvo a punto de fallar tu ofensiva. El lugar está repleto de preservativos y juguetes eróticos desparramados por todas partes.
Te detienes en mitad de la desolación y aspiras hondo.
- Me encanta el olor a vaselina por las mañanas, huele a... ¡victoria!
Spengler se presenta ante ti.
- ¡Semper Fidelis!
- Bien hecho, Oswald. Es un honor mandar a hombres como usted.
Le colocas una improvisada medalla en el pecho y sin perder un instante, comienzas el asedio a la fortaleza, donde Tiagorda se niega a reconocer la derrota. Tras un bombardeo con pasteles durante dos días, se rinde. Es hora de decidir el rumbo que tomará el país.
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