Lo primero que ves en cuanto abres los ojos, es la tierna figura de una chica, tan dulce que a su lado un mazapán parecería agrio.
Te mira con cara de cordero degollado, esperando sumisa que la lleves a un lugar apartado y hagas tuyo su cuerpo de escándalo, apenas cubierto por una túnica romana.
Te olvidas del oeste, de las pistolas que llevas colgando del cinto, de tus pintas de secundario de un Spaguetti western y de que estáis dentro de un cañón natural, junto a un pequeño riachuelo.
Te mira con cara de cordero degollado, esperando sumisa que la lleves a un lugar apartado y hagas tuyo su cuerpo de escándalo, apenas cubierto por una túnica romana.
Te olvidas del oeste, de las pistolas que llevas colgando del cinto, de tus pintas de secundario de un Spaguetti western y de que estáis dentro de un cañón natural, junto a un pequeño riachuelo.
Para poseerla vale, pero el sol del mediodía quema tu piel como el carbón al rojo, así que la llevas de la mano hacia una zona en la que un tejado de roca proyecta su refrescante sombra.
Os tumbáis el uno frente al otro desnudos. La miras a los ojos y puedes ver reflejados en ellos tu propia alma. Tras echar un vistazo, decides desplazar tu mirada a lugares más agradables. Luego de que la has despojado de su sucinta vestimenta, te dispones a explorar la carnosa caverna que te ofrece sin palabras.
Un coyote aulla a lo lejos, ahuyentado a tu libido. Cascos de caballo resuenan en las pétreas paredes del cañón. Te pones de pie de un salto y agarras el revolver que lanzaste a un arbusto en pleno arrebato.
De un promontorio, surge una fantasmagórica figura. Parece un forajido normal, pero una rápida inspección de su piel pulposa te dice que no hay nada de normal en ese ser, que monta un caballo blanco con los ojos inyectados en sangre.
- ¿Qué pensabas hacer con esa pobre chica indefensa? - te pregunta con la típica voz que asociarías a una calavera. Lo más increíble de todo, es que no ha abierto la boca.
- Íbamos a hacer el amor - respondes ofendido por aquella intromisión.
- Así que reconoces que te ibas a aprovechar de ella...
- Nada de eso, es mi... novia - dices finalmente.
No parece convencer al extraño.
- ¿Ah, sí? ¿Cómo se llama?
No tienes la más mínima idea. En el fondo de tu corazón, reconoces que si que te ibas a aprovechar de ella, cosa que no parece gustarle a ese forajido, porque alza sus revólveres de culata nacarada hasta apuntarte con sus humeantes cañones.
Abres la boca para responder, pero antes de que pueda atacarte, le disparas tu primero. El tiro coge por sorpresa al caballo que se revuelve salvajamente. Aprovecha que el forajido intenta dominarlo, para correr y montar un caballo que había a pocos metros pastando.
Espoleas al caballo con tus tres piernas, para alejarte lo más posible de esa especie de justiciero chungo.
Miras sobre tu hombro y ves como te sigue, echando fuego por las fauces.
- Con todo sigue siendo más seguro que echar un polvo en Pachá - te consuelas.
Cabalgas durante horas hasta que cae la noche.Tras atravesar un estrecho desfiladero que desemboca en un valle, ves a lo lejos las luces de un pueblo. Allí podrás encontrar ayuda.
Según el cartel que delimita sus fronteras, se trata de Dead Gulch, con una población de ¿-234? Debe tratarse de una broma...
Bajas del caballo frente al Saloon. Parece estar animado a juzgar por el ruido que sale del local.
Cuando entras, nadie se fija en ti, pero tu si en ellos. Te acercas al barman. Su piel tiene un tono azulado muerte que te hace recelar. Pides una zarzaparrilla, pero no te hace ni caso. Es como si no estuvieras allí.
Un chino toca el piano, mientras en las mesas, vaqueros y algún que otro mexicano juegan a las cartas y beben. La música cesa de pronto. Las puertas se abren de par en par y en el umbral aparece tu misterioso perseguidor.
- ¡¡¡Revolver Ghost!!! - es el grito unisono que sale de las gargantas de todos los presentes, antes de desvanecerse.
Revolver se acerca a ti paso a paso.
- Veo que has encontrado mi santuario. Aquí es donde envío a todas las almas pecadoras que se cruzan en mi camino. Pronto tu formarás parte de esta comunidad. Te he guardado un sitio.
Señala a una de las mesas de poker, sobre la que hay un cartelito que reza: Reservado para Aurelio.
- ¿Que quieres de mi? - gritas para ahuyenta el miedo.
- Tu vida, tu alma y tu tarjeta del VIPS.
- Si las quieres, ven a por ellas, pero pelea como un hombre
- ¿Llamando a la mafia?
- No, a puñetazos.
Salís a la calle principal. La brisa nocturna logra levantar pequeñas partículas de polvo, que dificultan tu visión, no así la del fantasma que no tiene ojos, como quien dice. Os ponéis en guardia.
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