- Me encantan los chuletones gruesos y carnosos.
Garrison se gira hacia ti lentamente y se sienta junto a ti. La carne ya se asa en el fuego.
Tras unos instantes de silencio, te pregunta:
- ¿Has visto Brokeback Mountain?
No sabes que responder. Te está haciendo ojitos.
- ¿Sabes que está basada en una historia real? - continua.
Se va acercando lentamente a ti. Pasa su brazo sobre tu regazo. Tu espalda se vuelve rigida como la moral de un Amish, pero no tienes de qué preocuparte, iba a coger los platos.
- Tengo algo de mantequilla por aquí. ¿Te apetece?
A esas alturas, piensas la mejor forma de escapar o volver a tu tiempo.
Garrison coloca los cubiertos y aprovecha que te coloca la servilleta en el muslo, para acercar sus labios a tu oido y susurrarte:
- son bonitas las estrellas que brillan con fruicion, pero mas bonita es tu sonrisa, te daria un lameton!!
Te incorporas de un salto y sales corriendo hasta camuflarte con la oscuridad que reina en el valle.
En un instante, ya no estás huyendo por tu virginidad sino en la cuna del laboratorio.
Con la adrenalina aún por las nubes y tus órganos sexuales desaparecidos en acción, comienzas a destrozar el laboratorio.
Cuando ya no queda un sólo microchip entero, los antidisturbios entran en la sala y comienzan a dispararte pelotazos de goma. Uno de ellos, te deja inconsciente.
Te extraña despertarte en una jaula. Agarras los barrotes en busca de uno falso por el qe escapar, pero tus brazos no son tus brazos. Están recubiertos de un pelo castaño y fino. Te miras al estomago, los pies, la espalda: ¡Estás recubierto de pelos!
Debió haber un problema a tu vuelta, porque te has convertido en un gorila que pasará sus días en el zoo de la ciudad.
FIN