En una taquilla junto al lavabo, encuentras una palanca que servirá a tus propósitos. La caja continúa brincando como un cervatillo con la pata atrapada en la trampa de un malvado cazador.
Introduces un extremo de la palanca bajo la tapa y con un fuerte empujón esta salta por los aires, dejando al descubierto...¡Furbys! En realidad los muñecos se llaman Purbys, pero son una réplica perfecta de los primeros. En la etiqueta pone claramente que la caja contenía aire.
Movido por una creciente sospecha, te dispones a abrir la caja de al lado. No son palillos para los dientes, sino muñecas "Larbie" Made in China lo que te encuentras.
Abres otra caja, y otra y otra más. En todas encuentras juguetes. Estás en una importadora encubierta de juguetes asiática. El sueño de todo niño. Te detienes a reflexionar un instante.
- ¡Un momento, esto es ilegal!.
Tu voz resuena en las húmedas paredes.
- Tendría que haberse limitado a barrer, Aurelio.
Aparece la Dr Kimberley. Te está apuntando con una pistola. Es extraño. Notas algo raro en ella. Ojos demasiado rasgados, un cierto color azafrán en sus mejillas...
- ¡Es usted china! - exclamas sorprendido.
- Siempre lo he sido y se hubiera dado cuenta de haber dejado de mirarme los pechos. ¡Cerdo occidental!
Dispara el revolver, pero el Purby que llevabas en los brazos para regalárselo a tu sobrina, detiene la bala.
Como ya no está presentable, se lo tiras a la cara y echas a correr en dirección contraria. Intentas llegar al ascensor, pero la china obstruye el único camino hacia él. De pronto, de no se sabe muy bien donde una Calystation sale volando hacia la doctora, golpeándola violentamente y dejándola inconsciente.
- ¿Estás bien Aurelio?
La voz te resulta familiar...
- ¡Eres tú, Fobi! - exclamas sorprendido - Gracias por salvarme.
- No fue nada. Es solo que tengo fobia a los chinos.
La policía acude en el acto y desmantela la red de exportadores. Has evitado una estafa, pero te has quedado sin trabajo.
Introduces un extremo de la palanca bajo la tapa y con un fuerte empujón esta salta por los aires, dejando al descubierto...¡Furbys! En realidad los muñecos se llaman Purbys, pero son una réplica perfecta de los primeros. En la etiqueta pone claramente que la caja contenía aire.
Movido por una creciente sospecha, te dispones a abrir la caja de al lado. No son palillos para los dientes, sino muñecas "Larbie" Made in China lo que te encuentras.
Abres otra caja, y otra y otra más. En todas encuentras juguetes. Estás en una importadora encubierta de juguetes asiática. El sueño de todo niño. Te detienes a reflexionar un instante.
- ¡Un momento, esto es ilegal!.
Tu voz resuena en las húmedas paredes.
- Tendría que haberse limitado a barrer, Aurelio.
Aparece la Dr Kimberley. Te está apuntando con una pistola. Es extraño. Notas algo raro en ella. Ojos demasiado rasgados, un cierto color azafrán en sus mejillas...
- ¡Es usted china! - exclamas sorprendido.
- Siempre lo he sido y se hubiera dado cuenta de haber dejado de mirarme los pechos. ¡Cerdo occidental!
Dispara el revolver, pero el Purby que llevabas en los brazos para regalárselo a tu sobrina, detiene la bala.
Como ya no está presentable, se lo tiras a la cara y echas a correr en dirección contraria. Intentas llegar al ascensor, pero la china obstruye el único camino hacia él. De pronto, de no se sabe muy bien donde una Calystation sale volando hacia la doctora, golpeándola violentamente y dejándola inconsciente.
- ¿Estás bien Aurelio?
La voz te resulta familiar...
- ¡Eres tú, Fobi! - exclamas sorprendido - Gracias por salvarme.
- No fue nada. Es solo que tengo fobia a los chinos.
La policía acude en el acto y desmantela la red de exportadores. Has evitado una estafa, pero te has quedado sin trabajo.